La música mediterránea emerge de la fricción entre su civilización y el agua salada que la abraza. Del rozamiento entre dos cuerpos en contacto que se desgastan en arena. Pueblos y ciudades acorralan un mar y vuelcan sobre él todos sus miedos y anhelos que se escapan por un estrecho entre dos continentes al abismo del mundo. Y los elementos nos contemplan atávicos para volver del futuro y tronar y tronar; o musicar la vida, que al caso, es lo…