¿Te imaginas que alguien usa tus datos en Spotify de una forma útil? ¿Que un algoritmo, en lugar de recomendarte mierdas que no necesitas que te recomienden, cruza tus millones de escuchas de Triángulo y Las Ruedas con las grabaciones que existen de ti berreando canciones de Tarántula por la calle a las 4 de la mañana volviendo a casa? ¿Que de todo eso, en vez de trazar un perfil para el Ministerio del Interior como sospechoso de «romanticismo etílico», una IA crease una banda, nuevas canciones? Pues eso mismo es Caballo. Himnos para la alegría triste. Temazos para celebrar la tristeza alegre.
La banda está formada por Germán Ormaechea (teclados), Guille Chuwa (batería), Javier González (guitarra), Javier Torres (bajo) y Quique Cruzado (guitarra y voz).  

Ahora, Caballo Prieto Azabache lanza «Alfama», single producido por David Rodríguez (La Estrella de David) y primer adelanto del que será su primer EP «Madrid, Agosto 40º».

¿Dónde está la línea que separa las empresas imposibles de los delirios etílicos? En Alfama, al igual que en la vida real, ambas cosas resultan indistinguibles, e igual de imposible resultan el erigir un castillo en el agua que lograr una vida en común con la persona amada. Es también tarea ardua no sentirse aupado por ese sonido deudor del Heroes, especialmente cuando más que al Bowie berlinesco -y si bien es cierto que su aire se da- lo que se siente es el espíritu de andar por casa de Kiko Veneno, de la pequeña gesta del superhéroe de barrio, del logro irrelevante para el resto mundo pero capaz de asombrar puede que a una persona, quizá a un nieto, ojalá que a esa persona con la que se quiere vivir.

Una canción de fiesta mayor, de mini en alto en una mano y el otro brazo libre para abrazar a los amigos.

JOSÉ SANZ.